El Valle de Agaete
El Valle de Agaete no te deja indiferente… la carretera serpenteante que se adentra en este oasis a pie del Parque Natural del Tamadaba nos va descubriendo poco a poco entre las palmeras unas vistas que hipnotizan. Entrar en el valle de Agaete es como entrar en un paraíso lleno de fincas, de casas encaladas, de frutas tropicales, de naranjos, de parras y cafetales. Y todo ello rodeado de inmensos riscos puntiagudos y aterciopelados donde en sus perfiles se divisan frondosos pinos canarios pertenecientes a la Reserva Natural del Tamadaba...
El valle de Agaete es un festival para la vista y pasear por él es una meditación en si... Es gracias a su suelo volcánico fértil que todos estos cultivos tropicales son posibles. Aquí puedes venir a probar el café que se produce a pequeña escala. Precisamente es el único lugar en Europa donde se cultiva y la especialidad es íntegramente Arabiga; justamente gracias a las condiciones meteorológicas especiales y a su rico suelo, que incluso provee de agua subterránea las plantaciones. De hecho, aquí se suelen usar los métodos tradicionales para tratar el café y la recolección de las cerezas de los cafetales se realiza manualmente. Es justamente en el barrio o caserío de San Pedro, donde se encuentras las fincas que se pueden visitar para degustar tan preciado café e incluso el vino que se produce, por ejemplo, el Finca La Laja.
Es desde el valle donde empiezan algunas de las rutas de senderismo más bonitas. Desde aquí es posible subir hasta el Tamadaba e incluso llegar a Artenara. En el camino de subida se encontraran el Roque Bermejo, cuyo color rojizo y la tipología de suelo lo hace muy llamativo. Allí mismo se encuentra el poblado aborigen de Virbique o Visbique, que se ve desde la misma senda que sube y donde se pueden ver a simple vista las antiguas cuevas vivienda y graneros excavados en la roca. También se vivía y aun vive en cueveas en el poblado de El Hornillo, otro paraje con vistas privilegiadas y con un bonito refugio para comer.
Es posible que los antiguos colonizadores de la isla de Gran Canaria vieran esta gran riqueza del Valle de Agaete y por eso decidieron instalar en esta área uno de los ingenios azucareros más importantes de la isla. Gracias a esta industria Agaete tuvo un buen porvenir económico durante un largo tiempo. Esta industria tuvo sus idas y venidas hasta que a mitad del siglo XX las plataneras fueron reemplazando este tipo de cultivo y ahora apenas quedan vestigios de las ruinas que se encontraron hace ya unos 15 años de las antiguas instalaciones del ingenio de azúcar.
No solo los colonizadores españoles vieron la riqueza de este valle, sino también Agatha Christie supo apreciar su encanto gracias a las aguas medicinales del antiguo balneario de Los Berrazales. En Gran Canaria Christie descubrió el clima perfecto y los balnearios de la zona, como el de Los Berrazales y el de Azuaje llamaron en su época dorada a un gran volumen de turistas de bienestar.
El valle se encuentra solamente a 15 minutos de la playa. Y vale la pena perderse en él, caminarlo, respirarlo, observarlo desde distintos lugares hasta que se sale enamorado de este lugar…